Ni la lluvia aguó la fiesta de Guaco

  La banda y sus amigos dieron un show de antología en el CCCT

 


Por: YOLIMER OBELMEJÍAS
Lo que Guaco, Gilberto Santa Rosa, Luis Enrique, Lena Burke y Andrés Cepeda dieron anoche en la Terraza del Centro Comercial Ciudad Tamanaco (CCCT) fue ese tipo de fiesta a la que se llega, se baila, se goza y uno no quiere irse. Así fue el Vive Movistar, una noche que ni la lluvia pudo arruinar.

Al mejor estilo de un caballero inglés, Gilberto Santa Rosa y su orquesta encendieron los ánimos a las 8:00 pm con un popurrí de sus éxitos: Amor mío no te vayas, Vivir sin ella, No quiero na regalao, Perdóname -en la que el boricua hizo gala nuevamente de su capacidad de improvisación, y Yo no te pido.

"Buenas noches Caracas, gracias por acompañarnos y aceptar la invitación de un grupo del que yo me siento parte desde hace muchos años: Guaco. Desde los 80", fueron las primeras palabras del salsero cuando terminó su mix para poner a bailar al público de nuevo con Amándote, Que manera de quererte, Me falta voluntad, Mal herido, Me volvieron a hablar de ella y Conciencia.

"Muchas gracias! Oigan, de repente me dio un aroma a los años 90. Yo tengo grato recuerdos de esa época" destacó Santa Rosa antes de introducir a sus "invitados", como los denominó el artista, que este año celebra 37 años de carrera. "Esta es una mujer bella también una gran artista, Venezuela aplaude a Norkys Batista", quien estaba entre los asistentes, al igual que los actores Luis Gerónimo Abreu y Jorge Reyes.


El puertorriqueño prosiguió con su hit Conteo regresivo. Momento en que Norkys aprovechó para subirse a la tarima enfundada en un sexy vestido rojo. Santa Rosa agradeció su presencia y alabo la belleza de la mujer venezolana. La despedida del multilaureado intérprete llegó de la mano del infaltable Que alguien me diga.

9:50 p.m. Guaco le colocó una inyección de adrenalina a los presentes con A plena vista y Cada vez de su más reciente producción discográfica. "Muchísimas gracias, buenas noches. Esto es Escultura. Yo se que tienen el disco, pero en vivo es más sabroso", dijo Gustavo Aguado.

Acto seguido, Luis Fernando Borjas interpretó Quiéreme así mientras las imágenes de él y el resto de los integrantes de Guaco se proyectaban en las tres pantallas dispuestas en el escenario.




   La noche avanzó con Lo eres todo de su placa anterior Guajiro, en la voz de Ronald Borjas. "Qué alegría! Como la están pasando?", preguntó el vocalista entre aplausos de sus seguidores. Se oía Quiero decirte. Aguado envió un saludo al compositor José Alfonso Quiñones, autor de un grueso de los más recientes éxitos del conjunto. La fiesta proseguiría con Vivo, también de Quiñones.

Luego, empezó el desfile de "amigos" de Guaco como lo califico Aguado. La primera en acompañar en tarima fue la caraqueña Claudia Santos, quien hizo un medley de hits de la fallecida Whitney Houston seguido de Respect de Aretha Franklin y Dámelo todo que cantó con Gustavo, Ronald y Luis Fernando.

        La cubana Lena Burke fue la segunda artista invitada a la tarima. La cantautora dejaría a más de uno boquiabierto por la afinación y potencia de su voz en el tema Puedo jurarlo, Tu corazón -a dúo con Luis Fernando en sustitución del español Alejandro Sanz, y Tan fácil. Amén de su destreza al piano.

Otro invitado de impacto fue el colombiano Andrés Cepeda, quien robó suspiros y corazones venezolanos con Besos usados, Tengo ganas y Quisiera que pudieras, que interpretó con Guaco, a pesar de lo inoportuna de la lluvia caraqueña.

Pero el agua no amainó las ganas de la gente por ver a sus ídolos cantando con la estrella nicaragüense Luis Enrique. Unos se retiraron hacia el área techada del recinto, otros evitaron mojarse a punta de paraguas y otro grupo, aguantó su palo de agua coreando y bailando Yo no sé mañana y Con sólo un beso tuyo.

"Otra, otra, otra!" gritaban los asistentes sin hacerle mucho caso a la lluvia, que cada vez arreciaba más. Y sus deseos se hicieron realidad cuando Gilberto Santa Rosa regresó para cantar Ella y Te quiero no te quiero con Guaco. Con la ropa mojada, empapado, el público seguía moviéndose al ritmo del tema. Los verdaderos guaqueros se quedaron con su grupo hasta el final.
























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